8.16.2011

Pipilotti Rist


Mi universo en una pantalla
En Viena, Rist estudió ilustración, fotografía y publicidad. Además realizó Films Super-8 de animación, creados ex profeso para bandas musicales. Tras cuatro años en Austria, Rist volvió a Suiza y, entre 1986 y 1988, estudió video y animación en la Escuela de Diseño de Basilea. La serena paciencia de un animador combinada con la exhuberante irreverencia de una estrella del rock fueron perfilando las cualidades artísticas de Rist. Las obras de Pipilotti han tomado elementos y esencias rítmicas de la estética de los videoclips actualizando el discurso implícito en ellos y dándoles una visión inquietante, llena de paradojas, de ideas poéticas y, sobre todo, cargada de detonadores de sensaciones encontradas. Partiendo de un discurso muy personal, su mirada es capaz de abrirse a los demás porque establece un punto de diálogo a partir de la identificación y las similitudes de un código visual que parte de los medios masivos y da una vuelta de tuerca a partir del uso que hace de este código: usa las imágenes que nos son familiares como una herramienta con la cual deja vislumbrar los prejuicios y las nociones preconcebidas de las que están plagadas la televisión y la publicidad. Aunque no seamos del todo conscientes, estas ideas estereotipadas, determinan en gran medida nuestra manera de concebir el mundo. En uno de sus ensayos de 1989, titulado “Title”, Rist comentó: “Hacer vídeos… significa hacer terapia familiar; la televisión es un miembro de la familia que habla. Si mi trabajo es intenso, honesto y bueno, entonces su función terapéutica es también mi relevancia social”. Cuando escribió esto tenía 29 años, la explicación de Rist nos da un muy útil punto de partida en su trabajo más temprano. La idea de que la televisión no tiene una aplicación meramente funcional sino un carácter animado en la historia de la familia informa del espíritu del trabajo de Rist desde 1986 a 1996. El estilo de Pipilotti se compara con la estética del canal de televisión MTV (Music Television). De las grabaciones de los años ochenta, en las que adopta el formato vídeo-clip, destacan los montajes con cortes bruscos, alternados con rebobinados y tomas a cámara lenta. Sin duda, aunque se piense que es hija de la sencillez, la obra de Rist es rica y compleja, y como ella misma dice, sus vídeos son “como pinturas que se mueven detrás del cristal (pantalla)”.

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