Artista conceptual holandés nacido en Winschoten en 1942, Bas Jan Ader murió en pleno Atlántico cuando trataba de alcanzar las costas británicas en una pequeña embarcación. La empresa se enmarcaba en un proyecto performativo llamado In Search of the Miraculous. Se trataba de un proyecto en 3 partes, que quedó inconcluso, paradójicamente, por la última y definitiva caída del artista. Porque caerse fue un motivo muy recurrente en la breve pero rotunda obra de este artista. Bas Jan Ader se caía en bicicleta a los canales de ámsterdam, se caía de los tejados de las casas, de las ramas de los árboles. Se dice que estas caídas de Bas Jan Ader eran una metáfora existencialista. La libertad del ser humano le lleva a provocar su propia caída. Es el propio cuerpo del artista el sujeto y el objeto de su obra. Entre las posibles referencias que guiaran el camino de Bas Jan Ader se encuentran los artistas de la performance, la danza y el teatro. La cineasta Ivonne Raider, fue alguna de las artistas que exploraron la caída como el más común de los movimientos. No debemos obviar los intentos de levitar por parte de Bruce Nauman ni el mítico salto al vacío de Yves Klein. Pero a diferencia de estas referencias, en la obra de Bas Jan Ader se mezclan la ironía con un cierto romanticismo que no es sólo dramático: se filtra en él una tibia melancolía.